Parroquia en el corazón de la Sierra Tarahumara

Samachique

Parroquia Jesuita San Miguel de Guaguachique

La Parroquia San Miguel de Guaguachique se ubica en el corazón de la Sierra Tarahumara. Los jesuitas en estrecha vinculación con voluntarios laicos llevamos adelante proyectos pastorales y proyectos educativos. Se acompañan 8 comunidades en las cuales para fiestas y otras reuniones se congrega la gente procedente de distintas rancherías pertenecientes a dichos centros religiosos y políticos. El 90% de la gente de dichas rancherías son indígenas rarámuri.

Visión:

Somos una Iglesia autóctona, local y diversa (indígena y mestiza), que dialoga y comparte equitativamente con actitud de servicio evangélico; donde la riqueza del mundo indígena se fortalece y comparte con otras culturas. Se sirve a través de la construcción de una iglesia diversa y autóctona (rarámuri-mestiza) desde la mirada del Evangelio; siguiendo un modelo pastoral de justicia social, igualdad de diálogo y trabajo por la paz y reconciliación.

Objetivos:

  • Fortalecer la Iglesia Autóctona: vida celebrativa de las comunidades, sacramentos, ministerios y cargos tradicionales, espacios de diálogo entre agentes de la Parroquia y la comunidad.
  • Fortalece la vida digna, la independencia y autonomía de los pueblos, promoviendo: la autosuficiencia alimentaria, la medicina tradicional y alternativa, el cuidado del medio ambiente, y la ecuación intercultural.
  • Consolidar un equipo en formación permanente y capacitado para el servicio en la Misión que cuente con los recursos suficientes para ello.

Proyectos pastorales

Consisten en el acompañamiento constante a las comunidades de la Parroquia: Participación activa en las fiestas, ya que éstas son momentos fundamentales del modo de estar del pueblo rarámuri; la implementación de una línea de acción con el objetivo de concretar una propuesta pastoral de evangelización indígena que enriquezca la síntesis, de espiritualidad indígena y cristiana, hecha por los rarámuri a lo largo de los siglos anteriores; catequesis infantil; pastoral con jóvenes; trabajo en favor de la salud y nutrición infantil; banco de alimentos y bazar de ropa constituidos para favorecer la economía familiar y comunitaria, entre otros más. Así mismo trabajamos en una línea de acción que apuesta por la organización comunitaria y la participación de diferentes agentes en los proyectos.

Proyectos educativos

Consisten en el trabajo permanente en Centros Culturales ubicados en tres comunidades de la Parroquia. Los Centros Culturales consisten en la formación de los niños y niñas rarámuri a través de un modelo educativo que parte de las raíces culturales indígenas, es decir, se trata de un modelo educativo intercultural que fortalece y profundiza en el conocimiento ancestral rarámuri a la vez que brinda a los alumnos herramientas de la cultura general (uso de las nuevas tecnologías, etc.). De acuerdo a cada comunidad se enfatiza la vértebra de formacion : El Centro Cultural de la Gavilana tiene como prioridad la lecto-escritura y los Centros Culturales de Pamachi y Guaguachique formar a los alumnos en la dimensión artística a través de la música, el dibujo, la pintura, la danza, etc. Los contenidos educativos parten y fortalecen el modo cultural rarámuri. Los Centros culturales trabajan en una estrecha vinculación con la comunidad (ancianos, autoridades, y la gente en general), ya que es ésta misma la generadora del conocimiento que se transmite a los alumnos.

Los centros culturales jesuitas de la Tarahumara

Por: Rodrigo Espinoza, S.J.

La iniciativa del Centro Cultural nació en la comunidad rarámuri de La Gavilana, Mpio. de Batopilas, Chihuahua, en el año 2011, cuando las familias les preguntaron a los jesuitas: ¿por qué ustedes no les enseñan a leer y escribir a los niños?

La propuesta de los Centros fue madurando hasta que en 2013 el equipo de laicos y jesuitas de la Parroquia de San Miguel de Guaguachique comenzó a pedir financiamiento para llevar a cabo el proyecto. A finales de 2014 inició labores el Centro Cultural Luis Felipe Gallegos, S.J. en La Gavilana. A inicios de 2016 comenzó a trabajar el Centro Cultural Ernesto Uranga, S.J. en Pamachi, Mpio. de Urique, Chih. Recientemente –inicios de 2017- emprendió su labor el Centro Cultural Carlos Díaz Infante, S.J. en Guaguachique, Mpio. de Guachochi, Chih. (Los Centros Culturales Jesuitas de la Tarahumara Por Enrique Mireles Bueno, SJ.).

El enfoque de nuestro trabajo es el fortalecimiento de la identidad cultural rarámuri en los niños y, de manera secundaria, complementamos la formación dada en las escuelas.

Los Centros Culturales son una respuesta al deterioro cultural originado por diversos actores que con el tiempo han ganado fuerza, como el narcotráfico, las iglesias protestantes y la ideología del consumo. Los Centros intentan salvaguardar lo bueno y evangélico presente en el mundo rarámuri en una tónica de apertura al diálogo y trabajo intercultural. Creemos, sobre todo, que el fruto de nuestro trabajo viene del encuentro entre las culturas, que interactúan constante y permanentemente.

Aunque trabajamos con niños, creo que el impacto de los Centros es más extenso. Primeramente, está el equipo de maestros, jóvenes músicos rarámuri que orientamos y formamos para trabajar en los Centros; al final son ellos, rarámuri, quienes sostienen los Centros y los agentes ideales para enseñar y transmitir las costumbres y tradiciones a los niños. Además, la comunidad adulta se beneficia. Los maestros, por ejemplo, hacen visitas a las casas, acompañan las fiestas (animando las danzas tradicionales con su música), distribuyen apoyos que llegan a la parroquia y organizan actividades que involucran a toda la comunidad, como proyectar películas o jugar voli o básquet. Nuestro trabajo como jesuitas ha sido crear el espacio y el Espíritu (o el “Santo Iwigá,” como dicen acá) ha hecho el resto.

El ideal misionero que inspiró la creación de los Centros fue el de la “estancia activa” entre los rarámuri, que resumidamente es el doble valor ignaciano de la contemplación y la acción. O dicho de otro modo: es ese mismo balance, que siempre nos sale imperfecto, ilustrado en la historia de Marta y María en el Evangelio de Lucas (la primera hace, la segunda está).

No sólo queremos aprender y contemplar lo bueno que hay en nuestras comunidades indígenas, sino también buscar la construcción del Reino a través de las semillas del Evangelio presentes en las culturas del mundo. Esto implica un entendimiento de la evangelización que es intercultural, que es de diálogo y no de imposición de unas formas sobre otras.

Aprendemos con entusiasmo la síntesis e integración religiosa que la cultura rarámuri a logrado a través de los siglos, edificada sobre una iglesia auténticamente autóctona; y a la vez queremos compartir la buena nueva del Dios de la vida que Jesús proclama. Poco a poco, lenta y discretamente, nuestro trabajo genera un poco de esperanza en un mundo indígena quebrado y marginal.

Respecto a la organización, los Centros Culturales están a cargo del equipo de jesuitas y laicos de la Parroquia San Miguel de Guaguachique, con sede en Samachique. El proyecto depende administrativamente del Complejo Asistencial Clínica Santa Teresita AC (CACSTAC), obra de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús en la Tarahumara, con sede en Creel, Chihuahua. (Los Centros Culturales Jesuitas de la Tarahumara Por Enrique Mireles Bueno, SJ.).