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La mística rarámuri 150 150 Sebastián Salamanca, S.J.

La mística rarámuri

Se ha dicho mucho sobre el pueblo Tarahumara o Rarámuri (como ellos se describen), sobre todo que son corredores resistentes que recorren largas distancias a pie sin cansarse, o sobre sus juegos tradicionales de carrera de bola y ariweta. Pero me parece que se ha dicho poco sobre la mística y la espiritualidad Rarámuri.

Comenzaré hablando de un sueño que tuve. En la cultura rarámuri, los sueños son de vital importancia: los owirúame (o médicos tradicionales) curan a través de los sueños, un sueño puede ayudar o avisar de algo, la pregunta ¿qué soñaste? (pirir rimuri) es de las primeras preguntas que se hacen cuando uno saluda a alguien por la mañana. Durante mi visita a la comunidad de Gavilana, en la parroquia de San Miguel de Guaguachique, donde colaboro, tuve un sueño muy vívido: Dios me pedía hacer “yumari”, la fiesta rarámuri, el sacramento de la cultura tarahumara que ha perdurado a través de los siglos. Esto me llevó a realizar una serie de preparativos largos y sinuosos como los caminos de las barrancas. Le conté mi sueño a Rebeca, la siríame (gobernadora) de la comunidad de Samachique y me dijo que tenía que hacer el yumari pronto. Luego hablé con Santiago, el owirúame de Gavilana, y acordamos la fecha. En mi sueño estaba también Belasio, un rarámuri de la comunidad, y entonces él también me ayudó.

Llegué a Gavilana una semana antes del yumari. La intención era acompañar a las familias en su celebración de los fieles difuntos, pero también organizar bien el yumari. El contexto de Gavilana es difícil: hay que caminar mínimo unos 4 km para poder visitar al vecino más cercano. La “casa de los padres” está de igual manera alejada, como las casitas de las familias, y no hay cobertura de teléfono en ningún sitio, más que en las zonas altas, lo cual implica otros 3km de caminata. Esta aparente desconexión del mundo virtual me permitió conectarme con el mundo que me rodeaba: las montañas, el bosque, la gente, el idioma. En la comunidad, pocas personas hablan español, y quienes hablan español prefieren hablar rarámuri. En su lengua materna entienden y se comunican de una forma impresionante.


Las distancias, el idioma, y la lejanía fueron factores que me permitieron reconectar con lo que habita en mi interior, con Dios. Me enfermé de gripa y nuestro botiquín estaba prácticamente vacío: no había nada para mejorar la congestión nasal o la fiebre, solamente dormir y tomar mucho líquido. Tuve que ir a visitar a mucha gente para invitarlos a la celebración del yumari, pero también para resolver cuestiones básicas: maíz, tortillas, pinole, todo lo que se iba a compartir para comer y beber ese día, quienes iban a trabajar en qué, cómo, etc.

Paradójicamente desconectarme me reconectó con lo esencial: Dios habitando en medio de su pueblo, de un pueblo pobre que comparte con su Dios de lo que tiene. El yumari sucedió de forma increíble, todo fue muy bien organizado y la gente estuvo contenta rezando, danzando, comiendo y bebiendo. En el rito de la curación me sentí profundamente confirmado por Dios en mi misión, en haber sido puesto allí, como San Ignacio, con el Hijo cargando la cruz, con el pueblo rarámuri que carga con múltiples cruces y que enfrenta múltiples amenazas: la violencia del narcotráfico, el cambio climático y las sequías, una cultura occidental prepotente e insensible, educación descontextualizada a su realidad, programas de gobierno asistencialistas que dañan las comunidades, iglesias de otras denominaciones cristianas que erosionan y fracturan a las familias y a los pueblos… la lista podría seguir. Frente a todo ello, los y las rarámuri se yerguen frente al mundo haciendo fiesta: bailando, compartiendo y disfrutando: entre ellos mismos, con Onorúame panina betéame y con nosotros que, aunque no pertenecemos a su pueblo, nos adoptan como parte de ellos.


En resumen, desde mi experiencia podría atreverme a decir que la mística rarámuri es una mística del hacer: hacer fiesta, bailar, trabajar… pero también del contemplar, del dejar que el peso de la realidad empareje el mundo, lo haga más justo, como cuando se pisa el sueño al bailar el pascol o el matachín. La mística Rarámuri es también alegre, porque en la fiesta tenemos momentos solemnes salpicados de risas y bromas, dando espacio para los errores y los aprendizajes, sin menospreciar a nadie. Es una mística de profundidad, porque abarca a la persona en todas sus dimensiones: espiritual, corporal, intelectual… como un todo sin fragmentos, integrado. Y es una mística que conecta con lo esencial, no con lo superficial, va hasta la raíz existencial y permite reconocer el sentido del vivir y del hacer cotidiano, pintando la vida con las tonalidades de un Dios que ama a sus hijos e hijas porque comparte con ellos y ellas todo lo que acontece en su cotidianidad. La mística rarámuri es una lección para nuestras mentes occidentales, para nuestras vidas perdidas, para nuestro planeta dañado y para nuestra iglesia católica.

Retosachi desde una mirada médica. 150 150 Dra. Alejandra Terán

Retosachi desde una mirada médica.

Mi nombre es Alejandra Terán y actualmente estoy cursando mi especialidad médica. Hablar sobre mi experiencia en la Sierra Tarahumara, específicamente en la comunidad de Retosachi, ha sido un gran desafío debido a la profundidad y el impacto que esta etapa ha tenido en mi vida profesional y personal. Más allá de los conocimientos médicos adquiridos, lo que realmente atesoro es la calidez de la gente y las valiosas lecciones que me brindaron.

Foto: Alberto Munguía, SJ.

Aunque tuve la oportunidad de realizar mi servicio social en la ciudad, elegí con orgullo la Clínica Santa Teresita, que considero la mejor plaza dentro de la Sierra Tarahumara, una región impresionante pero llena de retos. Las majestuosas montañas, los profundos cañones y los caminos accidentados hacen de la sierra un lugar de gran belleza, pero también de enormes dificultades logísticas. Los caminos de tierra, a menudo intransitables, complican el acceso y la distribución de recursos esenciales, revelando la desconexión y la falta de acceso que enfrentan sus habitantes.


Mi primer contacto real con la cultura Rarámuri fue en Creel, quedándome por más de dos años. Más allá de ser conocidos mundialmente por su capacidad para correr largas distancias, producto de la adaptación a su entorno, la convivencia diaria y la comunicación, mediada por nuestro gran equipo de traducción (mujeres rarámuris a quienes estimo enormemente), me permitieron adentrarme en sus historias de vida, comprender su filosofía y conocer de cerca sus problemáticas.

Trabajar en Retosachi, una comunidad remota y de difícil acceso, fue revelador. En ocasiones no contábamos con luz eléctrica, ni hablar de señal telefónica. La geografía accidentada y las condiciones extremas hacen que llegar allí sea un reto considerable. Por lo general, dedicábamos tres días a las jornadas médicas. El primer día partíamos de Creel por la mañana (entre las 7 y 8 a.m.) para llegar a la comunidad alrededor de las 4 de la tarde. Desempacábamos nuestros equipos y nos preparábamos para otorgar consulta desde la salida del sol hasta que este se ocultara. En el estilo de vida rarámuri, no existe el tiempo ni los horarios. Por lo tanto, debíamos adaptarnos a su llegada, independientemente de si contábamos en ese momento con algo tan básico como la luz. A pesar de vivir en aislamiento, los habitantes reciben a sus visitantes con una amabilidad que refleja una profunda nobleza de espíritu. Tras múltiples visitas, la relación médico-paciente se fue estrechando hasta el punto de conocer la dinámica de vida de cada integrante.


Foto: Alberto Munguía, SJ.

El contraste entre la riqueza natural y la desigualdad social en la Sierra Tarahumara es notable. Problemas como la desnutrición y la tuberculosis siguen siendo graves en muchas áreas, evidenciando una profunda desigualdad en términos de acceso a alimentos y atención médica adecuada. Estas realidades subrayan la brecha entre las necesidades de salud de la población y los recursos disponibles.

Foto: Sergio RV

Conocer a Romayne Wheeler, pianista y defensor del pueblo rarámuri, fue fundamental para este proyecto. Su calidad humana y dedicación fueron clave para el éxito de esta iniciativa. La pasión de Romayne por mejorar las condiciones de vida de la comunidad y su habilidad para conectar con la gente demuestran cómo el compromiso personal puede tener un impacto profundo. Le agradezco profundamente a él y a Marichuy por abrirnos las puertas de su casa, permitirnos escuchar su música de primera mano y compartir con nosotros siempre una buena charla acompañada de una taza de café.


Esta experiencia no solo reafirmó mi decisión de especializarme en pediatría, sino que también me hizo reflexionar profundamente sobre el llamado social de mi carrera. El trabajo en Retosachi me mostró la importancia de la atención médica integral y el impacto positivo que puede tener en la vida de los niños y en las comunidades vulnerables. La necesidad de colaborar con comunidades como Retosachi y enfrentar los desafíos persistentes me ha inspirado a seguir trabajando en contextos similares.

Foto: Sergio RV

Mi deseo es continuar colaborando con este proyecto en el futuro para promover un desarrollo sostenible y equitativo. Esta experiencia ha reafirmado mi compromiso con la medicina comunitaria y mi intención de contribuir a mejorar la calidad de vida en áreas desfavorecidas. Confío en que, con más recursos y apoyo, podremos enfrentar los problemas persistentes y brindar a más comunidades la oportunidad de vivir con dignidad y salud. Agradezco profundamente a todos los involucrados en este proyecto y estoy segura de que, con un esfuerzo conjunto, seguiremos marcando una diferencia significativa en el futuro.

La Compañía de Jesús en la Tarahumara 150 150 cacstac

La Compañía de Jesús en la Tarahumara

La Compañía de Jesús en la Tarahumara1

Enrique Mireles, sj

 

A pesar de que a lo largo de los años ha cambiado la manera de trabajar en la Misión de la Tarahumara, en el fondo permanece constante el deseo de amor y servicio a los pueblos indígenas. Para entender el proyecto de los jesuitas en la Tarahumara es necesario reconocer el camino que otros han recorrido. En la primera parte del artículo narro una breve historia de la Misión que espero nos ayude a ponernos en contexto. Posteriormente presento de manera general el proyecto de los jesuitas aquí, en la Tarahumara, y su relación con el proyecto apostólico de la Provincia. Después comparto mi experiencia de acompañamiento al pueblo rarámuri como parte de nuestro proyecto, en específico en la comunidad de La Gavilana. Finalmente reconozco la gracia que se nos da a los jesuitas de la Tarahumara al estar en esta Misión. leer más

Breve Historia de la Misión de la Tarahumara 150 150 cacstac

Breve Historia de la Misión de la Tarahumara

Breve Historia de la Misión de la Tarahumara*

Hace unos dos mil años se asentaron en este territorio los rarámuri, dejando migraciones uto-aztecas que iban hacia el sur. La tierra era grande y rica para sustentarlos con la recolección, la caza, la pesca y cada vez más con la agricultura. A finales del siglo XVI no sospechaban que los bosques y minerales de su tierra serían causa de su despojo actual.

Siglos XVI y XVII  Invasiones y rebeliones

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Los raramuri: Un modo de pensar, sentir y creer que nos enriquece. 150 150 cacstac

Los raramuri: Un modo de pensar, sentir y creer que nos enriquece.

Les compartimos un texto que escribió nuestro amigo Abel Rodríguez, antropólogo.

El presente ensayo es el resultado de algunas reflexiones que surgieron a partir de la lectura de la obra “El México Profundo”, del antropólogo mexicano Guillermo Bonfil Batalla, pero su fuente primaria ha sido, sin duda, la convivencia con el pueblo raramuri o tarahumara y la observación directa de la expresión de su modo de pensar, sentir y creer, o bien, de su cultura. Al revalorar la visión raramuri sobre el trabajo, el respeto por la naturaleza, la distribución de la
riqueza, el deporte, la convivencia comunitaria, la justicia, y otras pautas culturales, el autor contrapone el modo de proceder en ellas tanto de los raramuri como de los occidentales. Al mostrar las divergencias en el modus operandi de la cultura raramuri y de la nuestra, no se pretende afirmar que una sea mejor que otra, sino que ambas pueden verse enriquecidas
mediante el mutuo conocimiento y la mutua comprensión. Estas páginas invitarán al lector a reflexionar sobre la necesidad de eliminar la incomprensión y discriminación hacia los indígenas y del conocimiento de las culturas que aporte al enriquecimiento de un México más incluyente, como lo proponen los Acuerdos de San Andrés.

Aqui el link para el texto en PDF http://dl.dropbox.com/u/43349327/APRENDER%20DE%20LOS%20RAR%C3%81MURI.pdf

A proposito de los «suicidios» en la Tarahumara 150 150 cacstac

A proposito de los «suicidios» en la Tarahumara

Pedro de Velasco, sj. escribe a partir de su experiencia en la Sierra Tarahumara la situación de las comunidades rarámuri. Aquí el texto:

Gracias por la provocación, opino que es indignante:Primero, no se vale ni calumniar ni lucrar con el dolor de las personas o los pueblos. Y menos, como parece que fue el caso, por ganancias personales o por fama mediática. Los suicidios son una mentira; el pueblo Rarámuri (Tarahumara) ha resistido ya cientos de años de opresión y despojo, de mortalidad por desnutrición y enfermedades fácilmente curables como para huir de la vida por la sequía y el hambre.

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Ordenación Presbiteral en la Tarahumara 150 150 cacstac

Ordenación Presbiteral en la Tarahumara

En la noche del día 2 de Julio y la madrugada del 3 de Julio, se llevó a cabo en la co-Catedral de la Diócesis de Tarahumara la ordenación presbiteral de Enrique Mireles SJ. La ordenación fue presidida por S.E. Mons. Rafael Sandoval Sandoval, M.N.M. Obispo de la Diócesis de Tarahumara. A continuación algunas fotos del evento.


 

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Fallece el P. Ricardo Robles Oyarzun, SJ 150 150 cacstac

Fallece el P. Ricardo Robles Oyarzun, SJ

Con mucha tristeza anunciamos a los lectores de este blog, que el dia de ayer 4 de Enero, el P. Ricardo «ronco» Robles fallecio en Sisoguichi, Chih.

Incansable defensor de los Derecho de los pueblos Indios. Ya esta con el Onoruame.

Horarios de las misas de nuestro querido hermano “El Ronco” Robles.

El 5 de enero a las 17:00 hrs. en el Sagrado Corazón en Chihuahua, Chih.

El 7 de enero a las 11:00 hrs. se depositarán las cenizas en la Catedral de Sisoguichi, Chih.

19 mayo 1937                    Nace en San Luis Potosí, S.L.P.

1944- 1949                         Primaria. Motolinía. San Luis Potosí, S.L.P.

1951- 1953                         Secundaria. Instituto Potosino. San Luis Potosí, S.L.P.

1954- 1956                         Preparatoria. ITESM Campus Monterrey. Monterrey, N.L.

15 ago. 1956                      Ingresa al Noviciado. Puente Grande, Jal.

15 ago. 1958                     Votos del Bienio. Puente Grande, Jal.

1958 – 1960                      Juniorado. Instituto de Literatura. Puente Grande, Jal.

1961 – 1963                       Filosofía. Instituto de Filosofía, San Ángel. México, D.F.

1963 – 1966                       Magisterio. Tarahumara, Norogachi y Chinatú. Chihuahua.

1966 – 1970                       Teología. L ́Inmaculée Conception. Montreal, Canadá.

16 jun. 1969                       Ordenación Sacerdotal. San Luis Potosí, S.L.P.

1973                                     Tercera Probación. Sisoguichi, Chih.

14 ago. 1974                      Últimos votos. Profeso de cuatro votos. Sisoguichi, Chih.

1970 – 1975                      Orientador y profesor del Seminario San José.

1975 – 1977                      Promotor Social y Pastoral. Cd. Netzahualcóyotl, estado de México.

1976 – 1977                        Coordinador Consejo Vida Humana y Religiosa. Cd. Netzahualcóyotl, estado de México.

1977 – 1980                      Pastoral y profesor del Seminario San José. Norogachi, Chih.

1980 – 1989                      Pastoral Indígena. Tarahumara. Pawichiki, Chih.

1991 – 1995                       Encargado de Ediciones del Vicariato. Pawichiki, Chih.

1995 – 2010                      Encargado de la editorial de la Diócesis. Vicario parroquial. Pastoral Indígena. Sisoguichi, Chih.

4 enero 2010                    Fallece por un infarto en su casa. Sisoguichi, Chihuahua.

Daniel Vargas: Prenovicio en Tarahumara 2008-2009 150 150 cacstac

Daniel Vargas: Prenovicio en Tarahumara 2008-2009

MATÉTERA BA ONORÚAME

(Gracias Dios)

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Hay momentos en la vida tan llenos de esperanza, consuelo y libertad, que sólo puede uno imaginar que no son simples casualidades, sino regalos que sorprenden, que se agradecen, que abren el ánimo y el espíritu; sería una descortesía si nos pasaran desapercibidas como quien anda en la vida arrastrando indiferencia y apatía. El año pasado, aclaro que no por mi buen comportamiento, Dios me regaló la oportunidad de vivir mi experiencia de prenoviciado en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, acompañando a una comunidad indígena Rarámuri.

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Premio «Compartir» al P. Javier Avila, sj 150 150 cacstac

Premio «Compartir» al P. Javier Avila, sj

COMPARTIR Fundación Social, I.A.P. es una organización no lucrativa que tiene como misión fortalecer a las instituciones de la sociedad civil que trabajan en favor de la población en situación de desventaja, a través de la movilización de recursos y el reconocimiento y la difusión de su labor, con la finalidad de construir una sociedad más justa y equitativa. Recibiendo el Premio
Desde hace 21 años, esta Fundación ha venido otorgando los Premios Compartir como un reconocimiento a las personas que han realizado una labor ejemplar en favor de los demás a partir del ámbito institucional y a las organizaciones sin fines de lucro que se han destacado por sus acciones en beneficio de los más necesitados.
Se entrega un total de cinco premios en tres categorías:

  • Premio a la institución.
  • Premio al voluntariado
  • Premio al líder social. El premio único en esta categoría se entrega a aquella persona que se distingue por su trayectoria en la práctica de su vocación social; por su capacidad emprendedora para impulsar y dirigir acciones e iniciativas articuladas frente a las necesidades y los problemas concretos o para promover nuevas organizaciones que favorezcan el desarrollo social; por su habilidad para facilitar el diálogo respetuoso y plural; por su facultad para transmitir conocimientos y valores; y por el impacto de su liderazgo en la conciencia colectiva y en la sociedad civil, la legislación y las políticas públicas.

Este último premio fue otorgado este año al P. Javier Avila Aguirre, S.J. La premiación fue el 22 de Septiembre, en el Teatro de los Insurgentes de la Cd. de México.

Palabras de agradecimiento en el evento:

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